TEMA 5: La iatroquímica o química medica del renacimiento

Primeros Tiempos de la química renacentista

En los primeros tiempos de la química renacentista, se observa una transición gradual de la alquimia hacia un enfoque más racional y técnico. Destacan figuras como Georg Bauer, conocido como Agrícola, quien nació en 1494 en Sajonia y fue pionero en el estudio práctico de la minería y la metalurgia, siendo considerado el "padre" de la mineralogía. Sus escritos son una valiosa fuente sobre la historia de la tecnología minera.

Bernard Palissy (1499-1589), famoso por su trabajo en cerámica y esmaltes, comenzó como alfarero y luego se destacó como uno de los primeros profesores de química en Francia, contando con la protección de la reina Catalina de Médicis. Sin embargo, el químico más destacado y prestigioso de esta etapa fue Paracelso.

Paracelso y la iatroquímica

Paracelso, conocido como el creador de la iatroquímica, desarrolló la idea fundamental de que los fenómenos psicológicos y patológicos tienen su origen en reacciones químicas. Este concepto, avanzado para su época, establece un vínculo precursor con la bioquímica moderna, al postular que los procesos biológicos y médicos están intrínsecamente ligados a procesos químicos.

Paracelso: notas sobre su vida

Paracelso, cuyo nombre real era Philippus Aureolus Theophrastus Bombastus von Hohenheim (1493-1541), fue un médico y alquimista suizo conocido por sus contribuciones y sus polémicas ideas en el campo de la medicina y la alquimia durante el Renacimiento. Adoptó el nombre "Paracelso" en honor a Celso, un destacado médico romano del siglo II. Aventurero y viajero, recorrió diversos países europeos como España, donde recolectó conocimientos de medicina y alquimia.

Paracelso practicó la medicina, curando a pacientes y vendiendo remedios, y también fue profesor. Ocupó la primera cátedra de química del mundo en Basilea, Suiza, estableciendo así fundamentos importantes para la disciplina. Fue un personaje controvertido y a menudo visto como un charlatán o incluso un mago debido a sus teorías extravagantes y su enfoque poco convencional.

Introdujo el término "chemy" en lugar de "alquimia" en sus escritos, marcando un cambio conceptual hacia la modernidad química que se desarrollaría en siglos posteriores. Paracelso representó un periodo de transición entre la alquimia medieval, con sus aspectos místicos y esotéricos, y la ciencia basada en la razón que emergía con el Renacimiento. Su obra y su vida reflejan un constante equilibrio entre el misticismo y el empirismo, influenciado siempre por su interpretación cristiana del mundo y sus fenómenos.

Ideas químicas de Paracelso
Paracelso desarrolló una teoría química que incorporaba tanto elementos aristotélicos como principios alquímicos, conocidos como los "tria prima" o tres principios. Estos principios eran fundamentales para entender la composición y las propiedades de todas las sustancias, ya fueran metales, orgánicas o inorgánicas. 

Los tres principios según Paracelso eran:

Sal (cuerpo): Representaba la base material y sólida de las sustancias, proporcionando la estructura y la estabilidad.

Azufre (alma): Era el principio que confería las propiedades inflamables y volátiles, relacionado con la combustión y el calor.

Mercurio (espíritu): Era el principio que daba las propiedades líquidas y volátiles, relacionado con los humos y lo volátil.

Paracelso creía en la idea alquímica de la transmutación, interpretándola de manera amplia como un principio de transformación presente en todos los procesos naturales y químicos. Para él, todos los fenómenos, desde la cocina hasta los procesos fisiológicos, eran ejemplos de este proceso de transformación constante en la naturaleza.

Su teoría también reflejaba influencias de la alquimia árabe, especialmente en la concepción del azufre y el mercurio como principios esenciales en la transformación de los metales. Esta visión integradora de los elementos clásicos y alquímicos fue una contribución significativa en la transición hacia una comprensión más científica y racional de la química, marcando así una etapa crucial en la historia del campo.

Paracelso como médico
Paracelso, en su papel como médico, realizó importantes contribuciones enfocadas en las medicinas minerales, conocidas como arcana, de origen inorgánico, en contraposición a los medicamentos grecorromanos de origen orgánico. Esta perspectiva lo condujo a fundar la iatroquímica, un precursor de la química médica, farmacéutica y toxicología modernas. Para Paracelso, la medicina debía apoyarse en la química, estableciendo una conexión entre el macrocosmos (los cielos) y el microcosmos (la tierra y sus contenidos). Según su visión, los astra o estrellas, visibles e invisibles, influían en la materia, dando forma y propiedades características a cada cuerpo.

Paracelso creía que las enfermedades podían ser tratadas mediante una "esencia astral" específica, determinada por el médico alquimista a través de la experimentación. Esta esencia debía ser purificada separando las impurezas mediante el fuego y la destilación. El proceso de destilación, heredado de los alquimistas medievales, era crucial para obtener residuos inorgánicos útiles para los iatroquímicos. Su teoría de los tria prima aplicaba tres principios (sal, azufre y mercurio) presentes en todos los cuerpos del reino animal, vegetal y mineral, en proporciones variables. Alteraciones en estas proporciones podrían causar enfermedades, y la curación se lograba administrando el producto químico adecuado, como las sales de metales pesados, como el mercurio, que resultaron efectivas contra enfermedades como la sífilis.
Desarrollo de la iatroquímica

La iatroquímica, surgida de las ideas de Paracelso, experimentó un rápido desarrollo y aceptación desde sus inicios. Mientras los seguidores directos de Paracelso defendían que el conocimiento químico solo podía obtenerse por inspiración, Andreas Libavio introdujo cambios significativos. Aunque adoptó muchas teorías de Paracelso, también las contradecía, argumentando que la química podía enseñarse de manera estructurada, similar a otras disciplinas académicas.

Libavio organizó la iatroquímica en tres aspectos fundamentales: clasificación de técnicas y experimentos de laboratorio, elaboración de manuales con recetas claras para preparar remedios medicinales, y establecimiento de un lenguaje sistemático para las sustancias químicas. Esta estandarización lingüística fue crucial para el desarrollo futuro de la química como ciencia, marcando el inicio de la necesidad de una nomenclatura precisa y no ambigua.

Además, Libavio realizó una clasificación detallada de los metales en dos categorías: los metales verdaderos y los semimetales, y estudió las propiedades de ácidos como remedios medicinales. La iatroquímica se extendió rápidamente por Europa, especialmente en Gran Bretaña y Francia, donde ganó prestigio y formó una nueva clase de médicos-químicos-boticarios, independientes de los médicos tradicionales universitarios.

El legado de Libavio incluye su influyente manual "Alchemia" (1597), que se convirtió en una referencia crucial posteriormente. Otros manuales siguieron, algunos plagados de "Alchemia", y se tradujeron a diversas lenguas, consolidando el cuerpo de conocimiento iatroquímico. Aunque Libavio contribuyó significativamente, el iatroquímico más destacado fue van Helmont, cuyas contribuciones merecen un capítulo aparte en la historia de la química.

Van Helmont: el químico de lo cuantitativo y del agua
Joan Baptista van Helmont (1577-1644), nacido en Flandes bajo dominio español, fue un médico y químico notable cuyas ideas marcaron un cambio significativo en la comprensión de la materia y los procesos químicos de su tiempo. Influenciado por Paracelso, pero con divergencias importantes, van Helmont rechazó la teoría de los tria prima y los cuatro elementos de Aristóteles, desarrollando su propia teoría de la materia.

Para van Helmont, la materia estaba compuesta principalmente por dos sustancias fundamentales: el agua y el aire. El agua, en particular, desempeñaba un papel central en las transformaciones y propiedades de las sustancias naturales, mientras que el aire era un medio físico independiente. Esta visión fue en parte inspirada por interpretaciones místicas del Génesis bíblico, reflejando su inclinación hacia un enfoque panteísta de la naturaleza.

Van Helmont fue pionero en el uso de mediciones cuantitativas mediante balanzas en sus experimentos, anticipando metodologías científicas posteriores como las de Lavoisier. Sus estudios incluyeron experimentos sobre el crecimiento de plantas y la formación de sustancias como el vidrio a partir de la fusión de arena y álcali. También investigó los gases, aunque conceptualmente los clasificó erróneamente como formas condensadas de agua, denominándolos "gases" derivado del griego "chaos".

A nivel médico, van Helmont contribuyó a la teoría ácido-alcalina, demostrando que la digestión era un proceso químico de fermentación influenciado por ácidos y bases. Su enfoque implicaba una visión dualista con elementos astrales, en línea con las ideas de Paracelso sobre la influencia cósmica en los procesos biológicos.

Aunque muchas de sus ideas fueron continuadas y refinadas por sus discípulos como Silvio y Tachenio, van Helmont publicó poco en vida, siendo su hijo quien posteriormente recopiló y publicó sus trabajos. Su influencia fue significativa en el desarrollo temprano de la química, particularmente en la comprensión de los procesos ácido-base y en la clasificación de los gases, aunque sus interpretaciones místicas y su enfoque no racionalista fueron finalmente eclipsados por las filosofías mecanicistas de Descartes y Boyle en el siglo XVII.



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